lunes, 13 de junio de 2011

Se supone que hay huevos.

Hay cojones/huevos/coraje/valor suficiente, los hay. Al menos, en teoría cada vez que lo pienso algo empieza a quemarme las entrañas y hace que me vuelva infinitamente dependiente de mí misma. Dependiente también de mis estupideces y de mi poca credibilidad de mi "yo" como algo prometedor, aparece una sombra que me sigue todo el día y me recuerda mi "yo" de niña, mi yo desde los cinco a los 13. Es curioso, he tenido que llegar a los 20 para "pensarme-recordarme", nunca lo había hecho "tan a fondo" = "tan de verdad".

Sinceramente, me llevo la mano a la boca, la mano al mentón, me paso la mano por la cabeza una y otra vez, y veo que me he perdido como nunca. Nadie me va a sacar de este agujero, no creo que nadie pueda. Tampoco tiene que haber alguien que quiera ayudarme. Es como cuando ves "Saber y Ganar" con un concursante en su primer programa, en las primeras pruebas puedes considerar que ese concursante sea inteligente o menos inteligente, simpático o antipático, pero es cuando llega la parte de "las preguntas calientes" cuando ves de que pie cojea, a quien quiere derrumbar, a quien quiere beneficiar para así beneficiarse y tal...ahí está la teoría de antes, el pricipio de toda voluntad.

La semana pasada me quemé un poco el antebrazo, yo pensé que no era nada grave, me callé la boca y estuve trabajando hasta la hora de irme. Cuando veo a mi madre me acuerdo y digo "Mira mamá lo que me he hecho en el curro", y en qué puta hora, de pronto mi madre se puso como loca, me llevó al hospital. El doctor me dijo que era una quemadura "muy" grave dentro de las de 2º grado, que posiblemente me iba a dejar marca y que no entendía como una chica podía haber estado más de dos horas con ese dolor y sin decir nada. Venga, ahora digo que me dolía, que nada más quemarme vi que en mi brazo había una película de plástico derretido espantosa, pero no me dolía de la forma que creo que me tenía que haber dolido. Lo primero que me vino a la cabeza fue arrancarme la película de plástico y bueno, con ella se fue parte de la piel.

No sé, llegué a casa mal, con una dependencia horrible, con unas ganas de que me doliera el brazo y el cuerpo mil veces más. Llegué a casa del hospital con mi madre y me sentí sola, sola de volverme loca, enferma. Llegué a casa con ganas de ponerme a buscar a alguien, de apoyarme en ese alguien y abrazarlo-yquemeabrazara-etc...

Desde el miércoles esta sensación no se va. He salido con las chicas del IES pero nada, esto sigue. No puedo creer que malgaste las oportunidades tan peregrinamente. Lo mío es el error peregrino, sin sentido. No puedo creer que la idea en mi cabeza siga fija, quiero ser aquella que fui hace 25 meses. Es como que tengo ganas de mirar debajo de la mesa, contar hasta tres y desaparecer del todo.

Dejar atrás todo, no ser desagradecida, pero creo que yo misma me encargo de rodearme de cosas que me hacen daño. Quiero aparcar el trabajo, mi fraude como estudiante, mi fraude de futuro, mi fraude como tía-hermana-hija-amiga. No valgo para nada. Solamente sirvo para acordarme de aquel o aquella que falta, sirvo para mandar cartas tontas que no llegan. Soy un remitente tragado por el mar.

Como cuando crees recuperar a ese tipo que te puede llenar en un 75%, ese tipo que te puede ayudar a valorar tu propio 50% y querer conocer la otra mitad como si se tratara de un trabajo a media jornada. Pero no, llega el calor y ves que de nada valen los aniversarios, que el daño está hecho igualmente, que estás como el grumo está en la pared, adherida por siempre a algo que no conoces.

Tener en el pecho algo como lo que parece tener Vicky, sentirme un poco como ella pero sin llegar, ni por asomo, a la suela de su zapato (o a la suela de su sandalia, según como se presente el día y la variación climatológica).

lunes, 6 de junio de 2011

Costado, golpe, nudo en la garganta.

Va a hacer dos meses de una ruptura importante. Una lazada que se deshace y tampoco es que me importe demasiado a día de hoy, siempre he tenido que ceder y consentir lo que quería, ya no. Era alguien importante, pero si no podía ponerse en mi lugar, tampoco merecería tan alta estima. Ya está, en los últimos meses no es la primera persona que pierdo, es como un cromo descatalogado. Como ese cromo que creías que existía, ese que nunca encontrabas, ese por el que enloquecías y luego, resulta que está pasado de moda, que no es ni de los clásicos, que no merece ni la pena.

Ahora lo del viajecito va a ser curioso. En el fondo quiero ir, aunque sea el pueblo-país-régimen que ella quería. ¡Bah! A ver como lo planteo en el curro, desde luego me tendrían que despedir, no merezco ni la mitad.


Truenos y lluvia. No para de llover. Pedro San Martín se ha ido, ha desaparecido. Rockdelux me ha dado más penas que alegrías a lo largo de este 2011.

No estoy en calma.

domingo, 13 de febrero de 2011

En mi mente un galgo.

Puede ser más detestable que escuchar un techno-house-latino-erótico en un tienda de rebajas. Al menos te tragas la carcajada al pasar las perchas, siempre por educación, porque hay que ser educada e ir bien aderezada.

Nos encontramos con un problema de varias ramas: un póster que se cae, un hermano que vuelve, una potra salvaje en la cocina y todo esto, teniendo que releer revistas y teniendo que hacer prácticas que quedan a un lado.

Ahora una alfombra roja, un quiste existencial, un vacío e inapetencia. Dolor de pecho, de cuerpo y ganas de cargar con más y más cajas. Me gustan las cajas. Me hacían gracia esos calcetines a rayas.

Hay selva, pelos por la cara y serpientes, serpientes de sueños ajenos que se antojan propios. Sánchez corporation una vez más.

Quiero correr, no parar, correr, consumirme.





Bueno, esto se puede considerar como Cuando una se pierde (Vol. II).

sábado, 5 de febrero de 2011

Corporeal.

Cuando una se pierde (Vol. I).

Cuando una se pierde y parece no encontrarse, no pasa nada. Es transitorio, es positivo, será la juventud o en mi caso, mucho más probable, sean las hormonas.

Los sustos y las hormonas hacen de mí una gitana pálida, una nómada al final de una línea de metro, un ilusa. Imbécil.

Se llamaba Sandra y ella sí que tendría ascendencia gitana. Se daba un aire a Vicky Martín Berrocal y adoraba las motos. Muy divertida y muy buena al futbolín. Llevaba deportivas y se tocaba mucho el pelo.

Han sido noches de no encontrar descanso. Han sido noches vagabundas, terroríficas. Mi cabeza está en otra parte y la apriencia externa es repugnante, una tonta. Laísta y que no para de hablar.

Abro los ojos, los cierro. Trish Keenan se va un 14 de enero, yo muero. Nunca más volveré a escuchar ese tema con la misma idea en la cabeza.

Algo se pudre y de verdad creo tener motivos para que esto no sea así. Una ilusión nueva, un tajo, un grito o un golpe de calor.

Trish, te rezaría tres rosarios.

Lo que era rufador era ver que a cada cosa que decía teníamos más en común, más céntimos para jugar al Mus. Sin duda era genial, pero no, vaya que no. Aparece otra vez lo del milagro y me enveneno entera, hasta el metatarso.

No es cosa seria, algo se apaga poco a poco y empiezo a hiperventilar.



Sin vínculo.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Romulus vs. cold sore.

/Noto con estupefacción el modo que he tenido de avanzar a sabiendas, paso a paso, en este negocio, conduciéndome como un crío a pesar de haber visto siempre con claridad mi situación. Hoy mismo la veo clara como la luz y, sin embargo, no hay un solo síntoma de alivio./

Sanchichona drives.

Volví al primero de todos a ritmo de Human League, se supone que yo era el Mesías que salvó a gente de la lluvia y de acabar enfermos con cistitis.

Se supone que me han dejado aparcada una vez más. También se supone que debería sobrellevarlo, por eso de que no es la primera vez.



¿Qué haces que no estás aquí sentada?

martes, 31 de agosto de 2010

No te equivoques.



A veces creo que se me está dando la oportunidad de ver una escena totalmente paralela a la de mis valores, valores fantasma. Los valores de esa escena son los valores de los que reniego y he renegado siempre por haber sido criada en ellos. La escena es peor que eso. Como si tuviera un trozo de mi cuerpomentealma bañado en ellos. Puta mierda.

Mi amiga se ve pequeña y no vale con clavar los palillos en la colina, no vale con escuchar el tumulto a metros de distancia, hay que meterse. Meterse sola, no mola. No mola ni la palabra meter ni el cuerpo ni el estómago ni la última copa que te metes al cuerpo.

lunes, 30 de agosto de 2010

Hoy tengo mi Brescherelle.

Hoy lo tengo gracias a mi sobrina mayor, ha sido de las grandes alegrías del día. Mi sobrina crece. Cuando cumpla los dieciséis me la llevaré a algún sitio de viaje y escucharemos canciones pop en francés, comeremos crêpes y pasearemos hablando sin parar.

Día al que he ido al curro sin dormir, lo que se dice empalmada-práctica.

Ayer por la noche no podíamos estar mejor, éramos brillantes, verdes y no había matrícula que se nos resistiera.

No me gustan los bultos, la aglomeración. No me gusta que no haya bultos o aglomeraciones. No odio los encuentros, ni lo repentino, me hace tener un soponcio constante en la boca del estómago pero creo que cuando tiene lugar la presencia, mi plexo solar se hunde y me pongo a temblar. Odio los céntimos de euro y la confusión que provocan. Su reloj es genial. No quiero defraudarles. Quiero ir con la cabeza bien alta y poder meterme la fiesta padre entre mis costillas cada semana.

Como pasar de los smiths a los specials y mondarme en la cocina.